Como cada año, quiero que el primer post del año que se publica en Conflictus Legum sea para hacer llegar mi deseo de que el 2020 (¡no me digáis que no es un número bonito: '20' y '20'!) sea un buen año para todos. Ello depende en buena medida de nosotros, porque todos recibimos los mismos 365 días, solo que la diferencia estriba en qué hacemos con ellos. Podemos dedicarnos a quejarnos de todos y por todo, podemos estar de permanente mal humor y peleados con la humanidad, y parte de la galaxia (aunque ésta esté muy muy lejana), o por el contrario podemos dedicarnos a disfrutar de lo que cada día nos trae, lo consideremos bueno o no tan agradable. No tenemos control sobre lo que nos pasa, sobre todo porque muchos de los acontecimientos diarios que vivimos no dependen de nosotros, sino de otros. Sin embargo tenemos el control total sobre cómo nos tomamos lo que nos sucede; eso sí lo controlamos. Por tanto, siendo prácticos, propongámonos, como buen propósito de año nuevo, intentar ver el lado positivo de los acontecimientos que viviremos los próximos 365 días. Como decía el filósofo griego Epicteto de Frigia -del que conviene recordar que vivió una parte de su existencia como esclavo-, "no pretendas que las cosas ocurran como tu quieres. Desea, más bien, que se produzcan tal como se producen, y serás feliz". Sólo deseo, pues, que seamos felices con lo que nos depare la vida en cada momento.
Para abrir el apetito de los lectores, aquí os dejo una propuesta de menú con el que celebrar el inicio del año, y nuestros buenos propósitos para él:
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