Como cada año, quiero hacer llegar a todos mis mejores deseos para el año recién estrenado. Sea mi primer recuerdo para las más de 75.000 personas que a lo largo del pasado año nos han dejado a causa del COVID-19 en España, así como para sus familiares, que han vivido estos momentos de una manera tan dura, a veces sin poderse despedir incluso de sus seres queridos. Vaya para ellos mi recuerdo y solidaridad.
Creo que el año 2021 no tendrá difícil poder ser un poco mejor que su antecesor; este último se lo ha puesto fácil. Con el tiempo, quizás pasemos de largo del 2020, como si el 31 de diciembre de 2019 hubiese enganchado directamente con el 1 de enero de 2021. El año del que acabamos de despedirnos nos ha traído, muy a pesar nuestro, demasiadas cosas negativas. La primera ha sido que todos hemos aprendido algo de biología y hemos integrado en nuestro vocabulario la palabra 'COVID 19' como una término de uso cotidiano.
Desde el punto de vista jurídico, hemos vivido una más que discutible actividad legislativa del poder ejecutivo, haciendo un uso abusivo de la "extraordinaria y urgente necesidad". Con la Constitución de 1978, ningún gobierno había aprobado hasta ahora tantos reales decretos-ley como en este año. Hablamos de 39 reales decretos-ley. Si, como afirma el Catedrático de Derecho Constitucional Eduardo Vírgala Foruria, a ellos se le suman un decreto legislativo y 11 decretos de Estado de alarma, todo ello arroja un resultado de 51 disposiciones del gobierno con fuerza de ley, frente a 14 leyes de las Cortes generales (tres leyes orgánicas y 11 ordinarias). Si nos centramos en los reales decretos-ley, las cifras dan vértigo, porque, como he dicho, este año se han aprobado 39 frente a los 29 dictados en los años 2012 y 1997, y a los 25 que, en algo más de seis meses, aprobó el gobierno de Pedro Sánchez en 2018 (la cosa ya prometía). Para cifras superiores a 20 reales decretos-ley aprobados en un año tendríamos que remontarnos al año 1986, en el que se dictaron 26, al año 1979 con 22, al año 2017 con 21 y al 2011 con 20. La mayoría de años se han aprobado entre 10 y 20, con una cifra más próxima a la primera mitad que a la segunda. Y tenemos muchos años con menos de 10 reales decretos-ley aprobados: 2016, 2003, 1990, 1989, 1988, 1987, 1986, 1985 y 1983. Es decir, en estos años se aprobó menos de un real decreto-ley por mes, frente a los más de tres por mes del 2020. En fin, viendo los números creo que sobran las palabras y como juristas nos debería preocupar el abuso de la potestad de aprobar normas con fuerza de ley del gobierno en casos de "extraordinaria y urgente necesidad".
El año 2020 ha sido también para los internacional privatistas un año triste en el que hemos despedido a apreciados compañeros, como los profesores José L. Iglesias Buhigues (septiembre), María Luisa Holzwarth Rodríguez (noviembre), Ramón Viñas Farré (noviembre) y Alegría Borrás Rodríguez (diciembre).
En el ámbito universitario podemos decir que el 2020 ha sido el año en el que, con la que estaba cayendo en la docencia, no hemos tenido Ministro de la cosa. Creo que si en las complicadas circunstancias actuales los universitarios hemos podido salir adelante a pesar de la falta de mando y de directrices de quienes cobran para ello, la institución podrá aguantar muchos años, y, de paso, los gobiernos pueden ahorrarse el sueldo de un Ministro.
Al menos al final del año tuvimos una noticia esperanzadora: el inicio, gracias a la diligencia de las autoridades y organismos de la UE, del largo proceso de vacunación contra el coronavirus. Esta es posiblemente la mejor noticia con la que empezamos el 2021 y que ha generado una gran esperanza.
Como el 2020 ya ha finalizado hace unas horas, es bueno mirar hacia delante y dejarnos seducir por el optimismo. Por ello quiero que sean mis primera palabras del año para desearos todo lo mejor para el 2021. Y qué mejor manera de celebrar la entrada del año con un poco de música. Este año en que la música, especialmente la coral, ha sido una de las actividades afectadas por la pandemia, os dejo una original interpretación del conocido Aleluya de El Mesías de G.F. Haendel. ¡Feliz año 2021 a todos!
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