Feliz Navidad
Como cada año, sirva este post para transmitir mis felicitaciones navideñas a todo el mundo, sean o no seguidores y amigos de Conflictus Legum. Nuevamente estamos todos aquí, a 25 de diciembre, queriendo hacer las cosas lo mejor posible e intentando echar una mano a aquellos que tienen auténticos problemas, porque para eso estamos los que no tenemos "verdaderos" problemas. Como dice Víctor Küppers, quien acaba de perder a un ser querido o tiene problemas de salud graves o carece de expectativas laborales a pesar de tener importantes responsabilidades familiares, ese sí tiene problemas; quienes no estamos en alguna de estas tres situaciones no tenemos problemas, únicamente tenemos circunstancias de la vida a resolver.
Al igual que he venido haciendo en los últimos años, en estas fechas quiero tener un recuerdo especial para aquellas personas, todavía bastantes, que están sufriendo los efectos la crisis económica que estamos pasando, cargando con la peor parte. Recordemos que el paro es todavía muy elevado; que un gran número de los que están en el paro ya no pueden beneficiarse del subsidio por desempleo; que hay familias que han perdido sus hogares; que algunas familias sobreviven gracias a las escasas pensiones de jubilación de los abuelos; que hay niños a los que, por razones de edad, se les oculta la difícil situación económica familar; que los problemas de desnutrición infantil han crecido y se están convirtiendo en endémicos en algunos sectores sociales; etc., etc. Por todo ello, un año más vuelvo a recordar la idea que hace un par de años lanzó mi buen amigo José Carlos García Fajardo, profesor emérito de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid y fundador de la ONG "Solidarios para el Desarrollo", y que consiste en realizar un sencillo acto de gran valor y ayuda para aquellos que carecen de lo más esencial y que han perdido toda esperanza de contar para alguien. Si es que alguno de vosotros no lo ha hecho ya (o viene haciéndolo a lo largo del año), este acto de solidaridad, que también suelo recordar a mis alumnos por estas fechas, consiste en realizar un sencillo, pero muy efectivo, gesto: ve al supermercado de mejor precio que tengas más próximo y compra 10 euros de productos no perecederos de marcas blancas: harina, garbanzos, lentejas, alubias, arroz, azúcar, pasta (macarrones, fideos, sopa), aceite de girasol, leche (la leche es un producto muy demandado, por lo que puedes adquirir un par de tetra briks), melocotón en almíbar, etc. A continuación lleva la bolsa a la institución que te merezca más confianza: Caritas, Cruz Roja, Banco de Alimentos,... Si en toda la operación te acompaña alguien (hermano, sobrino, amigo, pareja...), pues mejor. No se trata de enviar dinero ni de comprar 10 kgs. de cada producto. No. Es suficiente con comprar 10 euros de productos (aproximadamente serán 10 kgs.; por eso os he dicho que compréis marcas blancas en supermercados de mejor precio; no importa la marca sino el producto y cualquier marca blanca tiene calidad contrastada). Con esta bolsa de alimentos, un ama de casa puede mantener con dignidad a su familia durante una semana. Ya sé que con ello no arreglaremos todos los problemas pero es una manera muy efectiva de ayudar (diez personas aportan 100 kilos de productos, 50 media tonelada y 100 una tonelada). Lo importante es dar el paso y, además, hacerlo de una manera humana y solidaria.
Al igual que he venido haciendo en los últimos años, en estas fechas quiero tener un recuerdo especial para aquellas personas, todavía bastantes, que están sufriendo los efectos la crisis económica que estamos pasando, cargando con la peor parte. Recordemos que el paro es todavía muy elevado; que un gran número de los que están en el paro ya no pueden beneficiarse del subsidio por desempleo; que hay familias que han perdido sus hogares; que algunas familias sobreviven gracias a las escasas pensiones de jubilación de los abuelos; que hay niños a los que, por razones de edad, se les oculta la difícil situación económica familar; que los problemas de desnutrición infantil han crecido y se están convirtiendo en endémicos en algunos sectores sociales; etc., etc. Por todo ello, un año más vuelvo a recordar la idea que hace un par de años lanzó mi buen amigo José Carlos García Fajardo, profesor emérito de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid y fundador de la ONG "Solidarios para el Desarrollo", y que consiste en realizar un sencillo acto de gran valor y ayuda para aquellos que carecen de lo más esencial y que han perdido toda esperanza de contar para alguien. Si es que alguno de vosotros no lo ha hecho ya (o viene haciéndolo a lo largo del año), este acto de solidaridad, que también suelo recordar a mis alumnos por estas fechas, consiste en realizar un sencillo, pero muy efectivo, gesto: ve al supermercado de mejor precio que tengas más próximo y compra 10 euros de productos no perecederos de marcas blancas: harina, garbanzos, lentejas, alubias, arroz, azúcar, pasta (macarrones, fideos, sopa), aceite de girasol, leche (la leche es un producto muy demandado, por lo que puedes adquirir un par de tetra briks), melocotón en almíbar, etc. A continuación lleva la bolsa a la institución que te merezca más confianza: Caritas, Cruz Roja, Banco de Alimentos,... Si en toda la operación te acompaña alguien (hermano, sobrino, amigo, pareja...), pues mejor. No se trata de enviar dinero ni de comprar 10 kgs. de cada producto. No. Es suficiente con comprar 10 euros de productos (aproximadamente serán 10 kgs.; por eso os he dicho que compréis marcas blancas en supermercados de mejor precio; no importa la marca sino el producto y cualquier marca blanca tiene calidad contrastada). Con esta bolsa de alimentos, un ama de casa puede mantener con dignidad a su familia durante una semana. Ya sé que con ello no arreglaremos todos los problemas pero es una manera muy efectiva de ayudar (diez personas aportan 100 kilos de productos, 50 media tonelada y 100 una tonelada). Lo importante es dar el paso y, además, hacerlo de una manera humana y solidaria.
Como es costumbre, os dejo mi regalo musical de Navidad. Este año he elegido el clásico villancico "Adeste Fideles" en una versión coral para 6 voces mixtas y órgano realizada por el músico mallorquín Joan Maria Thomàs (1896-1966). La interpretación de este hermosa versión corre a cargo de la Coral de la Universidad de las Islas Baleares y de otras corales infantiles y juveniles. Espero que disfrutéis de esta magnífica interpretación. ¡Feliz Navidad a todos!
Gracias Federico, precioso regalo que a través de nuestros oídos llega directo al corazón. Y hermoso consejo que nos conciencia de que siempre hay alguien que lo pasa peor que nosotros, aunque lo veamos todo en un túnel sin salida. Felices Fiestas en compañía de aquellos que nos hacen sentir bien.
ResponderEliminarGracias a ti, Jackeline. Un saludo muy cordial.
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