¡Feliz Navidad!
A todos los amigos y lectores de Conflictus Legum les deseo una feliz Navidad y todo lo mejor para estas fiestas. Como vengo haciendo desde hace unos años, quiero tener un recuerdo especial para todas aquellas personas que, por la razón que sea, están sufriendo y estas fechas representan para ellos un período poco agradable del año. No me estoy refiriendo a personas que viven en países lejanos o en otros continentes, sino en nuestras ciudades, a nuestro alrededor; lo que viene denominándose "cuarto mundo". Existe un importante número de seres humanos cuyas circunstancias personales son bastante difíciles: algunos no tienen trabajo ni posibilidades de encontrar uno; otros se hundieron con la crisis económica, perdiendo el hogar y en ocasiones incluso la familia, y no han logrado recuperarse, viviendo en una situación de abandono y marginación social; a otros las circunstancias personales les llevaron a refugiarse en el alcohol y las drogas como modo de evasión de una realidad que les era adversa y que se veían incapaces de superar; hay hogares con una constante escasez de alimentos, lo que está generando graves problemas de desnutrición que afectan a las personas más débiles, como son los niños y los ancianos; aumenta el número de personas en riesgo de exclusión social, etc. Mientras tanto, los comedores sociales están repletos y podemos ver campañas de los bancos de alimentos en las que se solicita ayuda para que en estas fiestas todos los hogares tengan comida y no se pase hambre.
Frente a estas situaciones podemos tener un sencillo, aunque muy efectivo, gesto que, si bien no soluciona el problema, ayuda a aliviar los casos más extremos. Consiste en ir al supermercado de mejor precio que tengáis más próximo y comprar entre 10 y 15 euros de productos no perecederos de marcas blancas, a elegir entre garbanzos, lentejas, arroz, azúcar, pasta (macarrones, fideos, sopa), aceite de girasol, leche (la leche es un producto muy demandado, por lo que se pueden adquirir varios litros), tomate en lata, conservas de pescado, etc. A continuación los lleváis a la institución que os merezca más confianza: Caritas, Banco de Alimentos, Cruz Roja,... Si os acompaña alguien o después lo comentáis con alguien, mejor que mejor, porque el ejemplo cunde. No se trata de dar dinero en efectivo ni de comprar 10 o 15 kgs. de cada producto. Es suficiente con comprar entre 10 y 15 euros de productos, que serán aproximadamente entre 10 y 15 kgs. -depende de los productos-. Por esta razón es preferible comprar marcas blancas en supermercados de mejor precio, porque no importa la marca sino el producto y cualquier marca blanca tiene una calidad contrastada y suficiente.
Como decía antes, con este gesto no arreglaremos todos los problemas, pero es una manera muy efectiva de ayudar a paliar problemas reales y actuales. Lo importante es dar el paso. Es éste un gesto humano y solidario para celebrar estas fiestas, compartiendo algo con quienes más lo necesitan, a la vez que demuestra nuestra preocupación por las personas de nuestro entorno que carecen de lo más elemental para subsistir. Al fin y al cabo, no podemos olvidar que somos personas privilegiadas que tenemos la suerte de no estar en las situaciones que he descrito al principio.
Os deseo unas felices fiestas de Navidad con el villancico menorquín "Jo som es pastor més gros", interpretado por el barítono menorquín Joan Pons y acompañado por la Coral Universitat de les Illes Balears.
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